La revancha de la educación contra el fujimorismo
Investigación empezó con una tesis universitaria
Resulta una risueña venganza de la vida que el fujimorismo esté cayendo gracias a una tesis universitaria. El grupo político que decapitó al exministro de Educación Jaime Saavedra está siendo pulverizado por el trabajo paciente de recolección de pruebas y el modelado de hipótesis en una universidad de Arequipa. La sólida denuncia contra lavados de activos y pitufeo del fujimorismo empezó en la Universidad José Carlos Mariátegui el 2015, cuando el estudiante de Derecho, David Apaza (34) decidió investigar los aportes de campaña de los partidos políticos y encontró que las cuentas no cuadraban alarmantemente sobre todo en el fujimorismo. Descubrió, entre otras rarezas, que jóvenes de 22 años aportaban impresionantes cantidades de dinero, irreales para sus bolsillos. (No hablamos aquí de los aportes del amigo Roque Benavides al fujimorismo, quien dice que su contribución no habrá pasado de 40,000 dólares).
David Apaza nutrió la tesis, indica el semanario Hildebrandt en sus trece, con información de la campaña del 2011 donde, por ejemplo, una persona ganaba una camioneta nueva en una rifa fujimorista, pero nunca la recogía. Una vez culminada la tesis, oleada y sacramentada, Apaza redactó una denuncia de 18 páginas con 500 anexos y la entregó a la mesa de partes del Ministerio Público el 13 de octubre de 2015. La fiscal María del Pilar Peralta, encargada de leer la denuncia, le ofreció una peor condena que un repositorio de tesis: el olvido. El documento pasó 24 meses en su despacho y nunca convocó a David Apaza. Por fin Pablo Sánchez, entonces fiscal de la Nación, resolvió abrir una investigación que la prensa nombró “Cocteles”, y le entregó el caso en el 2016 al fiscal hoy héroe nacional por su tenacidad y convencimiento en el poder de los hechos: José Domingo Pérez. Y luego vino la confesión de Marcelo Odebrecht de haber aportado US$ 1,2 millones a la campaña de Keiko Fujimori.
Entonces gracias al trabajo intelectual en una universidad, a las pruebas e investigación de la tesis, se está logrado probar que Fuerza Popular enmascaró falsos aportes a través de personas sin capacidad económica holgada. Tuvo que saltar de la investigación del fiscal, además, la mensual presencia de José Chlimper en RPP y su sigiloso maletín de 200,000 dólares en billetes, fiel al pulcro estilo de Montesinos. Y ahora sí que estos sorprendidos señores entienden por qué el poeta Heine advirtió a los franceses que no subestimaran el poder de las ideas que nace en el sosiego de una biblioteca.
Pero no todo es concordia. Federico Salazar ha defendido el domingo a Keiko Fujimori, pues piensa que habrá que demostrar que Keiko estuvo detrás de los aportes fantasmas, no vaya a ser que sea una víctima de los círculos fujimoristas. ¡Eso es! Quizá como su padre que confió con inocencia en Vladimiro Montesinos, ahora Keiko ha cometido el error, pero no el delito, de confiar en Pier Figari.
Recordando el chat Mototaxi, cuando degollaron al ministro de Educación en el 2016, el fujimorismo se mataba de risa de la faena que protagonizaron. Galarreta: “Ja ja Recién veo que Saavedra está temblando. ¡Pero para jodernos era valiente!”. Cecilia Chacón: “Ahora ya saben con quién se meten”. Los fujimoristas habían dicho que la prueba PISA en educación, era un psicosocial del ministro Saavedra, una gran cortina de humo. Caída la tarde Héctor Becerril dijo en el chat: “Juntos somos grandes, juntos somos una fuerza invencible”.
No son invencibles. Cuando una tesis está bien documentada, basada en hechos, puede ser capaz de frenar la vehemencia de los matones. Que la tesis de David Apaza nos sirva de estímulo, las tesis no tienen por qué ser sólo papeles mojados en tinta y bostezos de momias, pueden ser muy potentes y contribuir con el país, a veces, como en este caso, con denuncias inmediatas, pero otras veces a mediano plazo con temas relevantes para la comunidad de académicos y ciudadanos. Umberto Eco escribió un valioso ensayo Cómo se hace una tesis cuya idea principal es que crear una tesis significa aprender a poner orden en las ideas propias y ordenar los datos recolectados. Con una convicción en el poder del intelecto, con el espíritu crítico que no se deja sobornar, aquel tesista David Apaza está regalando a los fujimoristas el sabor del insecticida y a estudiantes y profesores les obsequia el recuperar la convicción de que la labor intelectual no está muerta, bien encausada es potente y bienhechora. El filósofo peruano Victor Li Carrillo, que fue presa de días melancólicos, recuperaba el vigor cuando publicaba y afirmó: «Yo construyo mi patria con ideas».
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