Michel Foucault: seis conceptos clave




Michel Foucault (1926-1984) analizó a los intelectuales con vocación de pastor, pero sobre todo a las instituciones como inherentemente siniestras. Sus temas fueron cómo la locura, la enfermedad, la sexualidad y el poder son tramitados en los asilos, las cárceles y los hospitales psiquiátricos, las casas de la sinrazón. Propuso olfatear los microespacios y preguntar ¿quién ejerce el poder y sobre quién?, y, de acuerdo a las perspectivas y estratos en pugna, comprender qué se considera falso, malo y horrendo en esos cónclaves y aquelarres que son las instituciones.

6 aspectos de su obra:

1. Arqueología del saber. Los individuos de cada época crean los caminos y los muros sobre qué se puede investigar. Foucault investigó cómo fueron inventadas las cárceles.

2. Microfísica del poder.  El poder no se posee, el poder se ejerce. La élite dominante es el ápice de la pirámide social y pisa a los dominados, pero todo el tramado social lucha por el poder: las familias, los enamorados, las amistades. Y dónde hay poder hay resistencia.

3.Vigilar y castigar. La prisión como modelo de todas las instituciones de encierro. En los países civilizados la ley está expuesta con claridad, y sin embargo, son las normas quienes encarnan las reglas específicas de cada institución. Las normas de las cárceles, las escuelas y los asilos, de los hospitales y las fábricas, de los cuarteles y los manicomios regulan perfectamente –sin levantar sospechas- los comportamientos de la gente: los horarios, las comidas, el aseo, los modos de hablar, de sentarse, de caminar y de dirigirse a las autoridades, y los castigos, la disciplina y el rigor


4. Panóptico. Es la torre central de una cárcel, desde donde los guardias vigilan las celdas de los prisioneros. (El filósofo Bentham consideró que la posibilidad de ser permanentemente vigilados desarrollaría autocontrol y disciplina en los presidiarios).

5.Sociedad disciplinaria.  Cuerpos y mentes altamente disciplinados generan niveles eficaces de producción. Las instituciones producen individuos normalizados sin necesidad de encerrarlos, pues el prójimo es quien sugiere, recomienda, controla. La dominación es sutil.


6. Contra la profundidad. Foucault interpretó a los maestros de la sospecha como enemigos de los fundamentalismos. Marx, por ejemplo, se sumergió en la bruma de Londres y mostró que el capitalismo no es un monstruo ni un enigma profundo de la burguesía; el capitalismo sencillamente viene de la moneda. Nietzsche, hizo otro tanto, escudriñó los bajos fondos de los filósofos y descubrió sus limitaciones fisiológicas: el cuerpo de enclenques, impotentes, hipotónicos es el que manda, y las profundidades de la conciencia y del alma son supersticiones. Y Freud, finalmente, con el juego de la atención libre flotante y de las asociaciones libres descubrió que el psicoanálisis termina con la muerte o cuando el paciente ya no tiene dinero. 



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