La última tarde. "El país no puede darse el lujo de infantilizar más la política". Entrevista a Joel Calero.
Conversé con Joel Calero, director de "La última
tarde". Comparto.
Contra todo pronóstico “La última
tarde” tiene seis semanas en cartelera. ¿A qué crees que se deba este logro?
Imagino que a la calidad de la película y al boca a boca que
se ha generado entre la gente y redes sociales
¿Qué películas te inspiraron para “La última tarde”?
Varias. La trilogía “Before” de Richard Linklater y “Sin
testigos” de Nikita Mikhalkov, básicamente. También tuve en mente “Copia
certificada” de Abbas Kiarostami, “Anónimo veneciano” de Enrico Maria Salerno. Todas
tocan el tema de la pareja de una manera íntima. “La última tarde” se
diferencia en que tiene el componente político.
¿Y el público limeño aprecia más ese trasfondo político o
también el amor-pasión?
Ambos. La película tiene como trama principal la relación
entre Ramón y Laura. Además, claro, del trasfondo político, pues ambos son
exguerrilleros. Pero la película fundamentalmente es sobre dos sujetos. Muchas
personas nos han comentado y escrito que luego de ver “La última tarde” se han
quedado conversando durante horas con su pareja.
¿Quiénes están yendo a ver la película? ¿Cuál es
preferentemente el público que asiste? ¿Y cuál es el público que te gustaría
vea también tu obra?
A juzgar por las salas, mayoritariamente la clase media. Si
quieres situarla en un distrito, pues sería Miraflores. Es, me parece, la
típica clase social ilustrada del país. Ellos son, esencialmente, los
espectadores de la película que aún permanece en el cine Alcazar, en el Óvalo
Gutiérrez.
Personalmente, las actuaciones de Lucho Cáceres y Katerina
D'onofrio me parecen extraordinarias, pero los sectores más extremos de la
derecha e izquierda las cuestionan. ¿Unos quieren seguir satanizando a los
subversivos y los otros quieren un retrato idealista del militante armado? ¿O
les perturba que “La última tarde” no sea didáctica?
No lo sé. No he tenido acceso a las opiniones de la derecha,
pero sí a las de distintos matices de izquierdistas. Mira, en lo esencial, la
película es sobre dos sujetos comunes y corrientes que tuvieron una relación y
ahora hacen un ajuste de cuentas. Hay que ir a verla sin anticipaciones, sin
ideas preconcebidas.
¿Por qué es valioso desatanizar a los subversivos? ¿Por qué
es importante conocer las razones de Peter Cárdenas y Polay, de Lori Berenson y
Maritza Garrido Lecca?
El país se encuentra en proceso de reconciliación y para ello
hay que ver a los subversivos como personas, no como demonios. Verlos con su
entera humanidad, es decir, sus errores y virtudes. La reconciliación sólo se
da entre sujetos, no entre epígonos de demonios que es como el fujimorismo
necesita presentarlos. El fujimorismo quiere regresar al gobierno y necesita
agitar el cuco de SL, para que sintamos su necesidad, pues, supuestamente,
ellos lo derrotaron. Hablar de buenos puros y malos puros implica infantilizar,
como las películas de Hollywood. Y este país no puede darse el lujo de infantilizar
más la política. Hablar, sin matices, de “terrorista” parece aludir a sujetos
enfermos que provocan terror por doquier porque está en sus genes. Y eso no fue
así. Ellos eran sujetos que, movidos por ideales sociales, se convirtieron en
asesinos al calor de las ideologías de la época.
Dijiste en una entrevista: «No se puede entender a Sendero
sin ver cómo, para los hacendados peruanos de mediados del siglo XX, los
campesinos eran sub-humanos». ¿La violencia de los hacendados incubó a Sendero?
No, eso sería determinista. No ocurre A porque B existe. Pero
no se puede negar que las profundas injusticias de este país abonaron la
aparición de movimientos violentistas. A Sendero Luminoso lo incubó el país,
con toda su complejidad.
¿Qué piensas del MOVADEF?
No los conozco. Sospecho que las posiciones tercas, de no
reconocer a las víctimas que generaron, es agresiva se trate del Movadef o del
fujimorismo.
Abimael Guzmán y Alberto Fujimori cometieron crímenes contra
los DDHH. ¿Qué diferencias ves entre ellos?
Ambos fueron nocivos para el país. Ambos me parecen
abominables en muchos sentidos.
¿“Historia de Mayta” de MVLL se acerca bien al personaje
subversivo?
He leído la novela, pero no la recuerdo muy bien.
¿Los problemas de Ramón y Laura se resuelven con política o
terapia?
La terapia se sustenta mucho en una actitud crítica desde el
lenguaje. Tomar distancia de tus credos, de tus creencias, de tus palabras. En
este sentido, ellos, como todo el país, necesitan terapia, tanto como un marco
político en el cual enrumbarse.
Has comentado que no existe ya la idea abstracta del
“pueblo”. ¿Hoy qué ideas agrupan a la gente?
No lo sé con exactitud. Acaso causas políticamente correctas
como la lucha del LGTB e incluso la de los amantes de animales que se desviven
por cuidar las mascotas indefensas y llevarlas a albergues. En todo caso, son
propósitos más aterrizados, menos grandilocuentes. La gente ha aterrizado sus
posibilidades de acción y piensa en espacios de acción más realistas. No sé si
está bien o mal.
Finalmente, ¿cuál es tu proyecto actual?
Tengo dos proyectos de películas. Una personal, "La piel más temida", que necesitará unos 5 ó 6 años que es el tiempo que me tomó "La última tarde". El otro proyecto es una comedia comercial "Solteros inmaduros" que filmaremos el próximo año.