Consejo Privado Anticorrupción





















Diecisiete gremios empresariales (no tenemos por qué decirles cuáles) creamos el Consejo Privado Anticorrupción.

Que algunos empresarios hayan desfilado por la salita de Vladimiro Montesinos, no enturbia nuestra organización sin fines de lucro. Nos interesa reducir la fiscalización absurda del Estado, así que nosotros nos autorregularemos como la tv.

La Sociedad Nacional de Industrias, con Alejandro Daly a la cabeza, dio un ejemplo digno al defender la libertad de las golosinas y jugos envasados a menores de edad. La publicidad incrementa la libertad de los niños.

El ciudadano comprenderá por qué un funcionario público (en especial el presidente PPK) no puede hacer lobby con sus amigotes. Eso es delito. Enturbia las reglas limpias de la democracia peruana, y los empresarios que financiamos a Keiko exigimos garantías.

Nosotros financiamos a Keiko, sí, y creemos en la autonomía del poder ejecutivo, judicial y legislativo. Esperamos que nuestros negocios no sean pisoteados por nuestras preferencias.

Nuestros miembros, es un honor, son píos numerarios del Opus Dei. Y han confeccionado un implacable código de conducta: pelo corto, uñas limpias y duchas heladas.

Finalmente, a la distancia, convocamos a los sindicatos de trabajadores (tan injustamente satanizados) a ser una vela que alumbre los entresijos del gobierno de PPK. Al final del día, juntos, empresarios y empleados, les dejaremos a nuestros hijos un país hermanado y podremos decir: “Tarea cumplida”.


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