Izquierda y Sendero

En los últimos años sólo la izquierda, en foros universitarios, ha dialogado y criticado al MOVADEF.  ¿Por qué tardó en distanciarse de Sendero Luminoso? Apogeo y crisis de la izquierda peruana da algunas ideas.

Uno. Izquierda violenta. La izquierda arengaba la lucha armada como forma suprema de rebeldía. En el contexto de Chile de Pinochet aplastando a Allende, el acta de fundación en los 80 de la Izquierda Unidad reza “destrucción del Estado burgués”. La izquierda despreciaba la “democracia formal” acercándose al discurso de Sendero y, según Ricardo Letts, a la derecha le cayó como aniño al dedo el liderazgo del atemperado Barrantes para “jugar a la democracia”.

La izquierda tuvo un discurso tajante para enfrentar la violencia del statu quo. En realidad fue un discurso mundial. Malcolm X: “No me sentaré en tu mesa con el plato vacío para verte comer y decir que soy tu comensal. […] No, yo no soy norteamericano. Soy uno de los veintidós millones de negros víctimas de la democracia, que no es sino una hipocresía disfrazada. Así es que no estoy aquí hablando como un norteamericano ni como un patriota ni como el que saluda a la bandera. No, yo no. Yo hablo como una víctima de este sistema norteamericano. Y veo a Estados Unidos con los ojos de una víctima. No veo ningún sueño norteamericano; veo una pesadilla norteamericana”.

Jean-Paul Sartre se remangó el saco contra la colonización de Argelia: “Matar a un europeo es matar dos pájaros de un tiro […], quedan un hombre muerto y un hombre libre”. En ese momento la arenga de Patria Roja fue: “El poder nace del fusil” (incluso después de las masacres de SL contra campesinos). Maquiavelo aquí es un bebé.

Dos. La derecha manipuló. El sentido común peruano fue enturbiado por los intereses de la derecha y sus medios de comunicación; presentaron y aprisionaron a la izquierda como terrorista, aun cuando los líderes izquierdistas de Cuzco y Puno eran asesinados por SL. “Promovieron la imagen de una Izquierda Unida estatista a ultranza, enemiga del mercado y opuesta a todo papel de la propiedad y el capital privado” dijo Javier Diez Canseco. Sedero asesinó a líderes de izquierda también en Apurímac, recuerda Aída García-Naranjo, y mató a obreros en Vitarte, a Enrique Castilla, María Elena Moyano en Villa El Salvador.

Tres. Sendero y Mariátegui. “Sendero empujó a la opinión pública contra el discurso y la imagen de cualquier izquierdista. Ellos hablaban también de Mariátegui, de marxismo, leninismo, maoísmo, etc.”, piensa Rolando Ames. Para Adrianzén: “El lenguaje de Sendero se nutre del lenguaje de partidos de izquierda previos, pero la izquierda no hizo el deslinde en esos momentos”. SL se llamaba “Sendero Luminoso de Mariátegui”, recuerda Aída García-Naranjo.

Las tres razones son válidas y permiten una retrospectiva, sin olvidar al sector inmune a la autocrítica encabezado por Ricardo Letts en piloto automático.  “Que la izquierda peruana no zanjó con Sendero es una patraña, una calumnia, una mentira, una mala canallada, un arma inmunda de los medios de comunicación de la oligarquía en la execrable guerra sucia. Tan zanjó la izquierda con Sendero que podemos mostrar una larga lista de héroes y mártires asesinados por SL”.


En fin. Letts es una retórica extinta, la DBA sigue criminalizando la protesta y la izquierda debe reafirmar la social-democracia y no a Venezuela. 

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